Si hay algún regalo que a todos nos gustaría recibir desde que estamos en la cuna, conservándolo intacto hasta nuestro último aliento, es la energía. Esa bella pulsión que nos empuja a la acción, que nos ayuda a afrontar los problemas, a encontrar soluciones, a aplicarlas de la manera más eficaz... Nos permite disfrutar de la vida, apreciar los placeres, mantener relaciones armoniosas con nuestro entorno, cuidar de nosotros mismos y ayudar a los demás, iniciar nuevos proyectos, alimentar deseos...