Existen pocos grandes libros consagrados a la navegación de placer. Sobre el agua (1888) relata un crucero de Maupassant por la Costa Azul del Mediterráneo, desde Cannes hasta Saint-Raphael, a bordo de su yate, bautizado con el mismo mote, Bel-Ami, que el protagonista de su inolvidable novela, aquel joven audaz Jorge Duroy que acaba convirtiéndose en el respetable Jorge Du Roy.áPero además de un relato de viajes, de una descripción de los paisajes captados en toda su autenticidad de antaño, de una pintura de la vida marítima, este libro es una confesión. Maupassant no solo nos habla del mar y del viento sino también de la vida literaria, de sus tormentos Íntimos, de la sociedad, de las mujeres, de la ebriedad, de la enfermedad, de la tarea de escribir, de la soledad,... Y así, el lector se ye transportado a los lugares a los que el escritor viajo, desde las elegantes calles de Cannes transitadas por príncipes caídos, hasta las solitarias playas de Agay, pero también se ve arrastrado a los pensamientos y cavilaciones del escritor que, muchas veces, nos azotan como si de autenticas tempestades o vendavales se tratara.