´...a mi alrededor he visto que la educación dada a los varones nos ha hecho creer que tenemos muy poco que aprender, revisar, trabajar, etcétera... que nacimos fuertes y que los sentimientos son inútiles y nos confunden; por eso, ser racionales es lo mejor. Esto y otras experiencias a lo largo de la vida generan hombres-enanos con una gran cabeza, pobres en expresividad y en el amor. Hombres que van por la vida insatisfechos y que causan sufrimiento a sus hijos y a muchas mujeres. Quiero, con este libro, ofrecer a los hombres nutrición y elementos de cambio, en todos los sentidos...´.