No ser consciente de la presencia o ausencia de lo femenino en nuestra vida, es un primer síntoma de que no estamos completos. Un mundo sin mujeres, sin la presencia femenina, sería un mundo aún más duro y más perverso; un mundo sin sensibilidad ni capacidad para el asombro y la compasión.á´Es mi ilusión ayudar un poco a facilitar el crecimiento de las mujeres que me lean. Quiero compartirles mi mirada masculina con la esperanza de que no se sientan juzgadas, sino aceptadas, y que puedan descubrir más horizontes de crecimiento. Quiero colaborar a su felicidad´.