La producción arquitectónica de Teodoro González de León abarca más de medio siglo, pero revela temas constantes y formas recurrentes, los cuales contribuyen a generar un vocabulario propio o un estilo reconocible. Una mirada retrospectiva a sus numerosos edificios y proyectos nos recuerda que un artista puede destilar ideas en un conjunto limitado de elementos con base en los cuales pueden realizarse numerosas combinaciones e invenciones. Este lenguaje personal se nutre de muchas influencias dentro de la arquitectura y fuera de ella, y a efecto de situar la arquitectura de González de León es necesario encontrar el justo equilibrio entre los propósitos artísticos y las realidades externas, ya sean sociales, culturales o técnicas. Como muchos creadores interesantes, se nutre de y prolonga simultáneamente diversas tradiciones, algunas modernas, otras lejanas en el tiempo. La arquitectura de González de León es inseparable del proceso de modernización en México, pero se asienta también en una cultura arquitectónica y artística cosmopolita. Combina lo moderno y lo antiguo, lo local y lo universal.