Una tarde, el tío Javier, que es veterinario, le lleva un zorrillo a Gabriel para que lo cuide durante dos días. Gabriel no quiere tener el zorrillo porque a su mamá le gusta todo muy limpio, sin embargo, el tío logra convencerlo. Gabriel intenta evitar que sus papás y su hermana pequeña , Laura, se enteren de la presencia de Zorrillo. Por ocultar a Zorrillo, Gabriel se ve en un grave aprieto del que consigue salir gracias a una ayuda inesperada.