Las corporaciones están comenzando a aceptar que las personas están más dispuestas a sentirse motivadas y permanecer en una cultura que es positiva y les respalda. La investigación muestra el alto costo de la cultura tóxica en relación con la pérdida de producción, el aumento del tiempo de enfermedad y la disminución en la retención de los empleados. ¿En qué clase de ambiente quiere trabajar el empleado? Opción 1: Uno que esté enfocado sólo en los ingresos y comentarios acerca de su dificultad. Mientras el empleado promedio ve las cuotas y las prestaciones de su jefe mucho más grandes que los suyos propios, constantemente se le dice que siga trabajando duro para que la empresa pueda permanecer en el negocio: casi una cultura de miedo. Opción 2: Un ambiente que compromete a su fuerza laboral. Los líderes son visibles, desarrollan fuertes relaciones con su fuerza de trabajo y están conscientes de los estándares dobles. Se comprometen con compartir las recompensas del trabajo duro de los empleados de manera igualitaria a lo largo de toda la compañía y con construir un ambiente de trabajo cooperativo y sano para todos. Desde la perspectiva del autor, la respuesta es la Opción 2. La evidencia y la investigación sugieren que los empleados que disfrutan su lugar de trabajo son más leales y tienen menos probabilidades de sufrir lesiones o tomar tiempo de incapacidad por enfermedad. Faltan al trabajo con menos frecuencia, son más productivos y tienen más satisfacciones profesionales. Las compañías están comenzando a preguntar cuánto cuesta no hacer nada v dejar la cultura en la Opción 1. Quienes se comprometieron con la Opción 2 saben que invertir en tiempo, recursos y energía rinde enormes dividendos, pues su fuerza de trabajo no sólo es más eficaz en la Opción 2, sino también lo son los gerentes. Cada uno de los siete elementos aquí abordados han sido desarrollados para dar a los líderes corporativos perspectiva y estrategias que les ayuden a mejorar la cultura corporativa.
