Las palabras de fray Berrdino de Sahagún en su Historia General de las Cosas de la Nueva España son muy elocuentes. La boda, se celebraba con la comida que acompañaba al ritual del casorio. El molli está presente en el banquete y sirve de magnífico preámbulo para la noche de bodas, que se antoja maravillosa. Esas palabras, perdidas en el tiempo, parece que hubieran sido dichas a Patricia Quinta como susurro que llega de lejos. Las captó y les dio vida en la variedad de sabores, olores y colores que el molli cobra a través del prodigio de sus manos. El alimento, al igual que el amor, llega a los cinco sentidos y los provoca. Es el privilegio de u bue comida que da deleite y placer a quien la disfruta. Y ése es el motivo de este libro: proporcior placer y deleite a los sentidos. Para ello se requiere de las fórmulas mágicas que son del conocimiento exclusivo de Patricia Quinta y que hoy, con mucha indulgencia, comparte con nosotros a través del color de Michel Zabé.